La Clave está en la Relación.

Cuando hablamos de relaciones lo primero que se nos viene a la mente son las relaciones personales. Mi relación de pareja, la que tengo con mis padres, amigos, hijos, compañeros de trabajo, vecinos, . Pero… ¿has pensando en las otras relaciones?.

Por ejemplo, ¿Has revisado cómo es tu relación con el dinero?. Cómo es tu relación con la comida, el cuerpo y la salud;  cómo es tu relación con el tiempo, el trabajo, el medio ambiente, la religión…y las más importantes, cómo es tu relación con la vida y contigo mismo. 

Pues bien, un buen día entendí que el problema no era mi pareja, tampoco mi hermano, ni el sobrino, ni el dinero; el problema era la relación que yo mantenía con ellos. Cómo yo me manejo en cada ámbito o con cada ente. Cómo me comunico, cómo es mi lenguaje. Cuáles son mis creencias y mis juicios de valor acerca de ellos, mis expectativas, lo que espero. ¿Les doy el lugar y la jerarquía que tienen? Cómo está mi equilibrio entre el dar y recibir. Cómo vivo mis valores en cada relación, qué es negociable y qué no. 

Ese buen día en que lo entendí, ocurrió hace poco. Fue en un trabajo personal que hice sobre el dinero y su energía. Allí se me pedía profundizar en mi relación con él. En esa revisión me dije: Oh, ¡pero si esto es aplicable al resto de las cosas, porque al final, todo son relaciones! (en otro artículos les contaré lo que descubrí sobre mi relación con el dinero, aquí quiero hablarte de mi hallazgo al reconocer que es en la relación que establecemos con las cosas que nos suceden donde está la clave de todo).  

De hecho, ya lo había trabajado y sanado con mi familia, en la pareja, con mis clientes; lo que no había entendido era que en realidad había trabajado mi relación con ellos. En aquel momento había entendido que el problema no eran ellos, que nadie me había hecho nada sino que era la percepción que yo había tenido de lo que con cada uno me sucedía, pero, no lo había asociado a la relación que llevaba con ellos, no, lo había personalizado, el otro y yo, pero no la relación que entre ellos y yo.

Entender además que la relación más importante es la que tengo conmigo misma y con la vida, es crucial, pues si no está bien esta relación difícilmente estarán bien las otras. Según sea mi postura existencial, así percibiré al mundo y así será mi actitud hacia la vida. Si me respeto a mí misma lo más seguro es que respete a los demás, nunca al contrario.

En cada relación debemos revisar nuestra postura hacia ella. Cuáles son las creencias y mis juicios en torno a ella; ¿me limitan o me ayudan a crecer y evolucionar?, cuáles son las emociones que se manifiestan en mí y por ende en la relación.  Cómo me encuentro con cada relación, cómo me siento, cuál es mi realidad, cómo la vivo. ¿Me siento a gusto, la disfruto? ¿Creo que falta algo, qué le cambiaría? ¿Sería mejor si no existiera o estoy feliz de que exista?.

Nuestra postura puede ser de víctima, limitada; de escasez, de necesidad. Podríamos estar dando más de lo que podemos o nos corresponde, podríamos estar siendo sobreprotectores o al contrario, podríamos estar siendo descuidados, no valorando la relación. Podría sentirme inferior, permitir abusos y un montón de otras cosas. Esta postura puede ir cambiando, puede ser diferente en cada relación o por repetirse como patrón.

Cuando sintamos que tenemos problemas en alguna de las áreas de nuestra vida, un ejercicio interesante puede ser revisar la relación que tenemos con ella. Por ejemplo, en mi caso, cuando hice el trabajo de mi relación con el dinero me di cuenta que había venido disfrazando con la capa del desapego a mi descuido, sí, no reconocía su importancia. No lo gestionaba bien.  Entonces, el problema no era el dinero, él estaba allí, el problema era que por mis creencias acerca de él no lo estaba valorando, de hecho, me costó mucho entender que el dinero es un valor. Afortunadamente lo entendí y hoy lo valoro, lo cuido, lo gestiono y lo agradezco, y mi relación con él cambió. ¡Nos la llevamos muy bien!.

Un Ejercicio para Mejorar tus Relaciones

Te comparto una hoja de trabajo que puedes utilizar para profundizar en cualquier problema que tengas, para que revises cuál es la relación que tienes con ese asunto particular y tal vez, te pase como a mí y entiendas que lo que debes mejorar o cambiar es tu relación con eso que te pasa. Recuerda, puede ser de tipo laboral, tus finanzas, en el amor y las relaciones de pareja, con tu familia, tu peso corporal… cualquier tema que te esté quitando el sueño. (link)


Gracias por tu tiempo, espero que te sirva como un día me sirvió a mi.

Red Roses